En distintas conversaciones recientes con amigos del sector agro, ha salido a flote un tema recurrente: el modelo de pago por comisión. Muchos me cuentan cómo se ha vuelto casi una norma que les pidan trabajar sin sueldo fijo, apostando todo a una posible venta futura.
Lo más duro es que estas comisiones rara vez cubren el esfuerzo invertido. Algunos han gastado en traslados, reuniones y seguimiento, solo para terminar con las manos vacías. A pesar del riesgo y la incertidumbre, este esquema sigue ganando terreno, trasladando toda la carga al que vende.