
Cartas a los Tessalonicenses
Pablo y Silas han encontrado acogida y rechazo en tantos lugares. Pero el corazón del apóstol se ancla en ciertas comunidades con un espíritu de cariño y amor. Movido por su solicitud paterna, Pablo escribe una carta a su joven comunidad que tuvo que abandonar contra su voluntad. Se alegra al ver que el sufrimiento los ha hecho crecer y descubrir el corazón del cristianismo. En esta carta sobre todo vemos el orgullo de un padre que ve que sus hijos avanzan y crecen cada día más en la libertad de la cruz y resurrección de Cristo.