
Éxodo 18. Entre las muchas provisiones que Jehová dio a su pueblo en el desierto, una de las más valiosas fue el compañerismo. Hasta este punto, Dios ya había provisto agua en Mara, un oasis en Elim, codornices y maná para el sustento diario, e incluso una victoria militar. Pero en Éxodo 18 encontramos otra provisión, distinta y también necesaria: un tiempo de solaz para el compañerismo. En este pasaje veremos dos grandes regalos del Señor que son ejemplo para nuestra vida cristiana: un buen ejemplo de compañerismo y un buen ejemplo de consejo.