
Trabajar en mejorar las skills de la plantilla es un deber de los propios empleados, pero también de sus organizaciones, que deben velar por conseguir su mejor versión. Esto pasa por poner al alcance de sus empleados las herramientas adecuadas para que puedan mejorar sus habilidades y reciclar las habilidades ya existentes para conseguir una fuerza laboral implicada en la consecución de los objetivos de la empresa. En este sentido, upskilling y reskilling son dos conceptos que llevan años sobrevolando el ámbito laboral y que han cobrado más fuerza si cabe en los dos últimos años.