
Hay días que parecen rutinarios… hasta que descubres que en realidad estás planchando tu libertad. La víspera de mi vuelta al trabajo, después de más de un año de baja, me encontró con una tabla de planchar, una taza de fleur d’oranger y un corazón en calma tensa. Entre goteras, ropa colgada y un apartamento de ‘mientras tanto’, entendí que no volvía solo al instituto: volvía a mí misma.
Este episodio es un viaje entre el miedo y la confianza, entre el caos y el renacer. Un umbral invisible que quizás también reconozcas en tu propia vida.