
Lo único que puede mantener avivada la llama del entusiasmo de una persona en medio de climas tempestuosos, es su capacidad de no perderse en mil actividades que pueden resultarle productivas, pero que lo alejan de su propósito. Las verdaderas posibilidades de éxito de una persona, no se encuentra en aquello que lo mueve a obtener ganancias; sino en desarrollar el propósito para el cual fue diseñado