
En las iglesias de este tiempo se ha ido perdiendo la sencillez.
Se nos infiltrado un deseo de poder y reconocimiento.
A veces caemos en una competencia ridícula por quien es mas grande.
Quien hace mas milagros, quien es mas ungido.
Quien tiene mas seguidores…
Pero Jesús al igual que ayer nos llama a volver a la simpleza de los niños.
Los niños no andan preocupados de grandezas, ellos tiene una vida mas sencilla. Jugar, reír, pasarla bien! Disfrutar los momentos.
¡A los niños les importa poco su imagen, o como les ven los demás!
Ser como niños significa renunciar al espíritu de competencia y servir a Dios sin esperar ningún reconocimiento humano.