
Este es un episodio de desahogo. Aún muertas, asesinadas se nos cuestiona nuestro valor, si merecemos literalmente vivir. Comentarios justificando un asesinato por una infidelidad por ejemplo, y todas las formas de protesta, intentos de educación al impacto del patriarcado, en la vida (de todos, no solo de las mujeres) se nos acusa de viejas ridículas. Inclusive si contamos nuestras historias reales a través de un encuentro con un oso hipotético, la reacción es que nos destroce violentamente el oso porque no sabemos de que estamos hablando.