
Después de la resaca que nos dejó la ola de popularidad del Street Culture durante la pandemia cuya estela se extendió un par de años post-covid, el mercado se empezó a enfrentar con lo inevitable: saturación de stock, una caída generalizada de los precios de reventa acompañada de una escalada en los de retail, que ocasionaron un desplome en las ventas de todas las marcas.
Muy pocas compañías y tiendas estaban preparadas para ese giro en la historia y las que mejor se supieron adaptar son las que están dictando las reglas de esta nueva realidad, donde al parecer, no importa quién vende más caro, sino más rápido, a mejor precio y con mayor volumen.
Los reyes del biutiful vuelven por la corona del mundo de la reventa pero con una fórmula distinta.