
En México estamos acostumbrados a ser un público de deportes, el fútbol es casi una tradición que se hereda de generación en generación y tanto su palmarés como lo que hay detrás de cada gran institución está más que asimilado.
¿Qué pasa cuándo es otro deporte el que está creciendo en popularidad, arraigo y representación de una zona geográfica tan diversa pero importante como es la Ciudad de México? ¿Qué hay detrás de uno de los despuntes más sobresalientes de una franquicia en los últimos años como son Los Diablos Rojos del México?
Pues no sentamos con Santiago Harp Grañén para platicar de ello, cómo una visión fresca ha logrado hacer cool algo con tanta tradición que pareciera pertenecer a otra época, a base trabajo y alianzas estratégicas, el Diablo llegó para quedarse.