
La acción sin reflexión puede ser muy peligrosa y Roman Blanco lo sabe. Después de arruinar su empresa, hoy Román vive cómodamente. Tiene un negocio en el sector pesquero que factura 7 cifras, trabaja 8 horas semanales, y le enorgullece decir que finalmente tiene la vida que quiere. Pero para llegar a donde está, tuvo que aprender a lidiar con su principal obstáculo: él mismo.