Después de 5 años de silencio radial, vuelve esta voz —más ronca, más española y con un dedo menos operativo—. En este primer capítulo te cuento por qué dejé de grabar en 2020 y todo lo que me pasó desde entonces: nacionalidad concedida (¡olé!), mudanza sola en Barcelona (¡por fin!), robos nocturnos con final estilo thriller doméstico, y un accidente que terminó con la mano izquierda medio inútil gracias a una lata de pintura. Sí, literalmente dejé un dedo como ofrenda a mi independencia.
Entre risas, trauma y un poco de anestesia emocional, repaso cómo una lata y extranjerías pueden dejarte más marcada que cualquier ex.
Spoiler: este episodio no es apto para cardíacos... ni para zurdos.
Volver a casa y ver la vida con otros ojos. Vernos desde otra perspectiva.