
En nombre de la libertad de expresión y la libertad de opinión se dicen muchas cosas y se cruzan muchas líneas que solo benefician a una de las partes.
Hay contextos donde es necesario el uso de ambos tipos de libertades –como en el arte o el periodismo– ya que su uso es un factor neurálgico en aras de expresar emociones, ideas o posturas (hablando del arte) o de informar verazmente a las personas (hablando del periodismo), pero fuera de ese ámbito y bajo el escudo de “tengo derecho a expresarme”, a veces, las personas se olvidan de un factor muy importante en su relación con otras: la empatía y el impacto que pueden tener sus expresiones y opiniones.
El episodio de hoy habla de aquellos límites que son importantes plantear y cuál es, desde mi perspectiva, el momento ideal para hacerlo.
¡Espero que lo disfruten!