
¿30 minutos incómodo en la caminadora o todo el verano con vergüenza?¿Por qué seguimos promoviendo el cambio desde la vergüenza? Mensajes como ese no te motivan, solo refuerzan la inseguridad y la autocrítica. Y lo peor es que afectan a todos, hombres y mujeres. Sí, los hombres también crecen con la presión de cómo "deberían" verse sus cuerpos. El body shaming no distingue género.Nadie debería sentir que su valor depende de su apariencia. Si decides cambiar tus hábitos, que sea porque quieres sentirte mejor, porque amas tu cuerpo y valoras tu salud, no porque te avergüenza cómo te ves. La vergüenza nunca ha sido una estrategia de cambio sostenible. Si hoy te sientes mal con tu cuerpo, pregúntate: ¿De dónde viene esa vergüenza?