
El agua de coco es un símbolo del verano en Brasil. Sin embargo, su consumo masivo genera grandes problemas ambientales, debido a que la cáscara de coco puede contaminar vertederos o fuentes de agua.
Por eso, un grupo de investigadores de la Universidad Federal de Espíritu Santo encontraron una manera de convertir esta cáscara en un combustible limpio. ¿Cuáles son los retos para que se convierta en una alternativa en la industria? ¿Por qué en casos como este se habla del Valle de la Muerte?