
Un conflicto que se ha desatado en el Sur de Chile ha puesto en evidencia una tensión que se vive en más de un territorio de América Latina.
Mientras de un lado se promueve un nuevo modelo verde que use energías más limpias, de otro lado están las comunidades que habitan los lugares en donde se extraen los minerales que se necesitan para la transición energética.
¿Es justo pasar por encima de la voluntad de un pueblo alegando un beneficio para un nuevo modelo económico?