
En la Amazonía colombiana, 22 comunidades indígenas decidieron vincularse a un proyecto de créditos de carbono con la esperanza de proteger la selva y aliviar sus necesidades más básicas. El proyecto nunca cumplió con sus objetivos, ni siquiera con el más básico, que era frenar la deforestacion. Hoy la selva sigue en riesgo frente a nuevas amenazas y las comunidades cada vez más divididas.