
No son respuestas, son contestaciones. Ya no es sólo lo que te dice, sino cómo te lo dice. Sabe perfectamente qué tecla tocar para que quieras matarlo y después, cuando se calma, resulta adorable de nuevo.
Hoy hablamos sobre cómo comunicarte, os ofrezco un par de ejemplos doloramente graciosos y una herramienta que os servirá para abrir vías de comunicación.