
La familia es nuestro primer sistema y el lugar donde se originan nuestras raíces, nuestras fuerzas y también nuestras heridas. Desde la mirada sistémica y de constelaciones familiares, cada miembro ocupa un lugar único y valioso dentro del entramado familiar. Cuando reconocemos y honramos a quienes vinieron antes, permitimos que el amor fluya con más fuerza y que nuestra vida se ordene con mayor armonía.
Este enfoque nos enseña que muchos de los desafíos que vivimos no son solo individuales, sino que están conectados con dinámicas familiares más profundas.