
Sara se convirtió en mamá de un bebé prematuro de 35 semanas. A la semana, descubrieron que el pequeño estaba oxigenando bajo y terminó hospitalizado durante 10 días. En ese tiempo, Sara enfrentó enojo contra la pediatra, frustración y una fuerte culpa como madre primeriza. En este episodio comparte cómo vivió la experiencia entre monitores y diagnósticos, y de qué manera logró transformar ese inicio lleno de miedo en una oportunidad para aprender a mirarse con más compasión.