
Soltar no es un simple salto al vacío
Siempre he hablado de sujetar o de soltar, y lo he hecho muchas veces desde el dolor del otro, desde esa mirada que ve la paja en el ojo ajeno. He dicho que aferrarnos a cosas que no quieren permanecer es falta de amor propio.
Hoy entiendo que soltar es desgarrador, es como si parte de ti se fuera con aquello que debes dejar ir. Entonces vuelves a sujetar, aunque eso signifique perder tu centro y tu equilibrio.
Soltar no es sanar, soltar es aniquilarse, mutilarse, es un suicidio del que no sabemos si renaceremos como el ave fénix, como todos dicen.
Es que a veces los demás vemos el soltar como algo ajeno, algo externo, aparte, algo que solo está ahí porque no lo dejamos ir.