
Todos tenemos un gran amor del pasado. Todos sentimos nostalgia por lo que fue y ya no es. Todos claudicamos en si deberíamos darnos una oportunidad e intentar regresar. Pero Jorge Luis Borges dijo algo muy interesante: tendemos a exagerar las felicidades perdidas. Y José Emilio Pacheco tiene un poema titulado Memoria, en donde nos dice que no tomemos muy en serio lo que dice la memoria. A lo mejor no hubo esa tarde.