Aatami Rymattyla es un apasionado inventor que cree haber encontrado la solución a los problemas energéticos del planeta. Si ha dado en el clavo, será reconocido y millonario. Podrá resolver problemas y realizar sueños personales y ajenos. Está en eso, avanzando con sus experimentos para elaborar la batería que cambiará el curso de la humanidad. Lo logrará, y lo hará a pesar de ciertos seres superficiales que lo interrumpen con sus nimiedades. Entre ellos, el padrastro de tres de sus siete hijos que insiste en cobrar la pensión de las criaturas que Adán engendró, pero de las que él se hace cargo. También está el ejecutor estatal que no deja de inspeccionar el lugar de trabajo y cobrar las deudas de Aatami, y no menos, los bomberos que acuden cada vez que sale humo de su taller. Que no regrese ninguno de ellos, eso es todo lo que Aatami pide. Y al menos los bomberos no volvieron al lugar cuando sí fue absolutamente necesario: es decir, el día que el taller de Aatami quedó reducido a cenizas. Se quedó sin taller, al borde de la bancarrota, pero no sin ideas, no sin su mágica fórmula. No obstante, a Aatami le faltaba algo, mejor dicho, alguien para avanzar por el camino correcto: Nuestro Aatami, o Adán, no podría conquistar la cima sin ella, sin Eva . Así es. Eva aparece en el momento adecuado. Abogada de profesión, sagaz y bebedora empedernida, llega a la vida de Aatami para hacer posible el destino exitoso de una super liviana batería que reemplazará al petróleo; cuestión que pondrá en riesgo la supremacía de los magnates del oro negro en el mundo. Eva pondrá el capital inicial y su expertise en temas legales. Juntos, Aatami (Adán) y Eva, revolucionarán todos los campos de actividad humana y conquistarán el paraíso gracias al dinero. Porque lo cierto es que a más corto que a mediano plazo serán inmensamente ricos y Adán emprenderá su humana carrera de benefactor, de hombre sensible a los sufrimientos de la gente sencilla. Mientras Eva invertirá en propiedades y se las arreglará para manejar sus heridas muy a su manera. Adan y Eva amarán, soñarán y cumplirán sueños. Pero como en todo jardín del edén, el diablo acecha con su maldad intrínseca e inagotable. Desde la oscuridad, el demonio operará sin escatimar recursos para impedir que la batería de Aatami reemplace al petróleo. Y siempre habrá quienes quieran servir al maligno. Es el caso de un siciliano contratado para acabar con Aatami. Con dinero es posible cambiar el mundo, o no?