
Papá, usa el dinero de mi cochinito-
-No, Ancelmo, ese dinero es tuyo-
-Agárralo papá, es más, te lo voy a prestar , luego me lo pagas-
El papá de Ancelmo tomó un martillo y rompió la cabeza del cerdito de yeso, color morado -cincuenta, sesenta, sesenta y cinco...