
Cada 8 de marzo honramos la memoria de las mujeres que dedicaron sus vidas e incluso las perdieron en nombre de conquistar gran parte de los derechos de los que hoy gozamos las mujeres en nuestra cotidianidad. Al mismo tiempo, con mucho amor y digna rabia nos encontramos, escuchamos y abrazamos en las calles con el propósito de poner sobre la mesa de discusión pública nuestras propias reivindicaciones, que hoy más que nunca son necesarias en un contexto inequitativo y violento para con todas nosotras.