
A fines del siglo XIX algunas colonias británicas expresaron su deseo de autogobernarse, recibiendo la calidad de Dominios. Con el tiempo estos dominios se desarrollaron, mientras un sentimiento nacionalista crecía. En agosto de 1931 se consolidó la Mancomunidad Británica de Naciones, dentro de la cual Dominios y Gran Bretaña eran iguales, unidos por la lealtad a la Corona. También este acuerdo evolucionaría.