Ya hemos escuchado muchas veces acerca de cómo fue juzgado injustamente, entregado para morir, como fue humillado, rechazado, golpeado, escupido, crucificado… Pero ¿entendemos realmente qué es lo que significa para nosotros? ¿Cuál es nuestra actitud hacia Jesús, con respecto a este sacrificio?
No dejes para mañana la decisión de cómo seguirás viviendo. Sólo puedes tomar una decisión. La eternidad después de la muerte es una realidad. ¿En dónde pasarás la eternidad? Eso depende de la decisión que tomes hoy.
"Si tales sufrimientos caen sobre el inocente, el mismo Cordero de Dios, ¿qué les espera a los que provocan las llamas?" (Fausset & Brown)
El temor nos lleva a hacer un sin fin de cosas que jamás podríamos imaginar, situaciones de temor nos puede llevar a actuar cobardemente. Pero ¿temor a qué? ¿temor de qué o a quién? Puede ser al rechazo, a quedarte solo, a perder algo a alguien, tal vez a la muerte, al dolor etc. ¿Qué hacer cuando viene el temor?
Conocer a Jesús a través de este pasaje, nos lleva a poner nuestra confianza totalmente en Dios, confiando así en sus promesas y permitiendo que sea Él quien nos defienda y pelee por nosotros. No tratando de justificarnos o defendernos a nosotros mismos.
Algo de las cosas que más puede llegar a destruir la personalidad o identidad de una persona, a marcar su vida o sacar lo peor de ella es tener que enfrentarse a la burla o a la crítica constante de parte de otras personas. ¿Cómo reaccionarias ante eso?
Podemos tomar algunas decisiones que lejos de ayudarnos a permanecer fieles a Dios, nos alejarán de Él, y puede que nos encontremos negando nuestra fe, o rechazando ser uno de los Suyos. Eso le pasó a Pedro, eso me puede pasar a mi, te puede pasar a ti. La pregunta es ¿Puedo hacer algo para evitarlo?
Jesús nos enseña a rendir nuestra voluntad y todo instinto a vengarnos por nosotros mismos, permitiendo que Dios tome el control y cumpla su propósito en nuestras vidas.
"La recaída de los cristianos comienza generalmente cuando se descuida la oración en privado" J.C. Ryle
Jesús advertía que seríamos zarandeados como el trigo, y ahora Jesús nos dice prepárense porque vienen días difíciles. ¿Cómo nos preparamos?
En tu crecimiento, hay una etapa que vas atravesar, no la puedes evitar, es la etapa de zarandeo. Jesùs te está avisando: Vas a ser zarandeado como a trigo. Pero no te desanimes, Jesús está rogando por ti, que tu fe no falte.
¿Qué hay en mi corazón? ¿Sirvo a los demás o me sirvo de los demás?
En nuestra vida diaria tenemos que tomar decisiones constantemente. ¿Qué elegirás en el menú? ¿Cuál será tu outfit del día? ¿tenis o tacones? Cuando compras tu elote, si lo quieres con crema o mayonesa. Recordemos que cada elección tendrá un resultado diferente. Y cada elección tiene consecuencias buenas o malas.
Acabas de recibir un mensaje, tu mejor amigo, el que hace mucho tiempo se fue a vivir lejos, de repente te ha mandado mensaje que regresa de nuevo!
¿En qué o en quién está nuestro enfoque o asombro? Queremos que Jesús se enfoque en nosotros, pero estamos asombrados en otras cosas. ¿Queremos más de Cristo? entonces que Cristo crezca en nosotros.
Tal vez para el mundo lo que le estas dando a Dios es un desperdicio de tu vida, de tu tiempo de tu juventud; para el mundo no tiene valor, pero para Dios tiene aún más valor de lo que puedes imaginar, el valor de lo que tu entrega a Dios no se mide con las medidas del mundo.
Hay personas que son super fan de los disfraces, y cada día van disfrazados, hablando y caminando como un personaje diferente, pero en el lugar donde “nadie” los mira, vuelven a su verdadero yo. Personas viviendo apariencias. ¡Hay peligro en eso!
Dios va a usar situaciones de estrés o de presión para dejar expuesto lo que hay en lo profundo de nuestro corazón, y no para avergonzarnos, sino para que las identifiquemos, entreguemos esas áreas y dejemos que Dios trabaje en nuestro carácter, que sea cada día más con el carácter de Jesús.
¿Qué imagen está en ti? ¿Qué imagen ven en ti el resto de las personas?
Cuando eres disciplinado por algo incorrecto que has hecho… ¿Cómo respondes? te enojas? guardas rencor contra quién te corrigió? juzgas de loco?
No hay final feliz para aquellos que rechazan la disciplina, para aquellos que rechazan a Jesús y sus enseñanzas.