
Mientras caminamos a través de la vida cristiana, debemos tomar conciencia del hecho de que es la persona del Espíritu Santo quien nos ministra cada día. La Biblia nos dice que estamos llenados o controlados por el Espíritu de Dios. Él no puede obrar en nuestras vidas si vivimos en pecado.
El Espíritu Santo está activo en muchas áreas del creyente y a través de las Escrituras.