Mi hermano y yo heredamos la cabaña de nuestra abuela después de que murió sola en las montañas. Lo que debía ser un simple viaje para recoger sus cosas terminó convirtiéndose en una pesadilla de recuerdos enterrados, monstruos reales... y secretos que llevaban más de una década esperando en la oscuridad. El “Hombre del Río” nos dio un libro. Y con él, la verdad sobre lo que realmente era nuestra familia.

Toda mi vida soñé con ser guardabosques. Pensé que era el trabajo perfecto: naturaleza, paz, libertad… Pero en mi primer día oficial, crucé un arco de piedra escondido en el bosque... y todo cambió.

Mi papá murió hace tres meses. No dejó dinero. No dejó cartas. Me dejó... catorce cajas de cintas de cassette. Pensé que era una broma.Pensé que era parte de su obsesión con lo viejo. Pero no. Cada cinta tiene una historia. Una confesión Una advertencia. Y ahora entiendo por qué murió Y por qué, si sigo escuchando… yo también podría morir.

Durante años limpié los pisos de una base militar oculta. Nadie me prestaba atención. Nadie me decía qué se hacía ahí abajo. Hasta que algo escapó del Piso 17. Algo que no debería existir.

Todo comenzó con un problema de ratas. Después, aparecieron las campanas. Y una por una… las casas empezaron a cambiar. Pensé que era casualidad. Coincidencias raras de un barrio viejo. Pero cuando Lucy desapareció, supe que había algo más. Algo que no quería ser descubierto.

Se suponía que sería una mañana tranquila. Un reventón de llanta, un granjero amable… y luego, empezó a llover carne. Masas rojas, viscosas, imposibles de explicar. Lo que comenzó como un accidente en carretera, se convirtió en una pesadilla donde el cielo escupía restos humanos y los ojos te miraban desde las paredes. Esta es la historia de Rebecca Madison, una mujer atrapada entre el amor por su madre… y el horror de un apocalipsis hecho de carne.

Alan aceptó probar un reloj inteligente revolucionario que prometía monitorear su salud al instante...

Hay lugares que simplemente no deberían existir. Mientras manejaba por una zona rural de Virginia Occidental, me encontré con algo imposible: una tienda Target… en medio del bosque. La curiosidad me hizo entrar. Pero lo que encontré adentro no tenía sentido: pasillos infinitos, empleados sin rostro, mineros cubiertos de hollín… y una criatura salida de una pesadilla. Esta es mi historia. Y si alguna vez ves un Target donde no debería estar… sigue manejando.

Trabajar en un sitio de perforación en medio de la nada nunca es fácil. Pero lo que encontré escondido detrás de una pared podrida… me cambió la vida. Era un diario. Uno viejo, polvoriento y olvidado. Lo que contaba parecía increíble: un túnel, civilizaciones enterradas, una verdad tan profunda como oscura. A medida que leía, algo dentro de mí comenzaba a cambiar.

He cazado muchas cosas. Criaturas que no deberían existir, errores que el mundo nunca debió conocer… Pero lo de esta noche fue distinto. Me enviaron a un terreno rural, en medio de la nada, sin vecinos cerca y con carta blanca para actuar. Al principio parecía una misión más… pero esta vez no era como antes.

Yo era el vigilante nocturno de un parque eólico, y durante años pensé que tenía el mejor trabajo del mundo…

Hasta que una noche, me quedé sin gasolina en medio de una tormenta. Lo que vi ahí todavía me persigue.

Era una mañana normal en radiología. Un paciente joven, una supuesta fractura común. Pero cuando vi su radiografía, entendí que nada de esto era normal.

Dentro de su cuerpo no había un esqueleto… sino miles de cosas vivas que jamás deberían existir.

Era un trabajo rutinario de camionero por carreteras rurales. Pero cuando sufrí un accidente y busqué ayuda en una casa perdida entre maizales, descubrí que sus dueños llevaban generaciones ofreciendo sacrificios humanos.

Era un viaje de exploración como cualquier otro. Una playa perdida en la costa de Tailandia, un sitio que ni siquiera aparecía en los mapas. Pero cuando llegamos allí, descubrimos que todo era parte de algo que no pertenece a este planeta.

Era un turno cualquiera, hasta que recibimos una llamada que parecía un delirio. Lo que encontré en ese túnel, bajo la cabaña, cambió mi vida. No sé si alguna vez volveré a dormir tranquilo. Lo que grabaron esos videos no es humano. Y ahora… esa cosa también me está mirando a mí.

Durante la pandemia, acepté un contrato en Rumania que parecía fácil: patrullar un camino olvidado entre aldeas medievales. No pregunté nada, porque el dinero era bueno y estaba acostumbrado a la guerra sucia. Pero lo que descubrí en esos bosques cambió mi concepto de lo que es real.

Hace 63 años, descubrí una puerta secreta en la biblioteca de mi pueblo. Al otro lado me esperaba una biblioteca perfecta... y un hombre al que nunca debería haber conocido. Desde entonces, un olor enfermizo me sigue en cada tragedia de mi vida. Hoy cumplo 75 años y estoy más cerca que nunca de volver a encontrarme con él.

Hace 20 años fui taxista. Creí que ya había visto de todo… hasta que conocí a June. Una chica callada, vestida con un vestido floreado, que me hizo la pregunta más extraña de mi vida: ¿Te ves en la tele?
Desde aquella noche, nada volvió a ser igual. Pude ver cada momento de mi existencia, cada secreto que jamás debí descubrir… y un futuro que me persigue hasta hoy.

Siempre creí que las conspiraciones sobre el Área 51 eran exageraciones... hasta que me ofrecieron un empleo que no podía rechazar. Durante 5 años viví bajo tierra, en un complejo tan secreto que ni siquiera el Presidente conoce todo lo que ocurre ahí. Algunos le llaman el NEXUS. Otros simplemente prefieren no hablar de ello.

Fui marinero en la Armada. Creí que estaba preparado para todo, hasta que nuestra patrulla “de rutina” nos llevó a lo más profundo del Pacífico.