
Jesús nos llama a seguirlo, dejando atrás todas las cosas viejas. Sin embargo, a veces sucede que las cosas viejas resurgen. Nos sentimos tentados o desafiados nuevamente. Con el fuego del Espíritu Santo, podemos abandonar con confianza esa vida vieja, esas cosas viejas, y caminar en una vida nueva y plena con Jesús. Cortando con todas las viejas costumbres.