
Dios es fiel y su amor va más allá de lo que podemos imaginar, Él nos escogió antes de la fundanción del mundo para su gloria, a pesar de lo que somos Él nos ama y se entregó para que tuviéramos vida nueva, sin embargo, nosotros nos hemos dejado llevar por las corrientes de este mundo y hemos dejado que el pecado se enseñoree de nosotros, hemos sido infieles a Dios, hemos desobedecido y lo hemos deshonrado. Como hijos de Dios debemos vivir para Él, con un corazón entregado a glorificar su nombre, no dejemos que nuestra mirada se desvíe, sino aferrados de su mano vivamos para Él, gozando de su amor y bendiciones, pero con el único deseo de honrarle con todo lo que somos.