
La restauración espiritual es el proceso por el cual Dios renueva el corazón humano, sanando lo que está seco, roto o contaminado por el pecado. No se trata solo de una mejora moral, sino de una transformación profunda que restablece la comunión con Dios, reaviva la fe y produce frutos de obediencia, gozo y paz. La restauración espiritual es obra del Espíritu Santo que, como un río, penetra cada rincón del alma, trayendo vida abundante y esperanza, para su gloria.