
Como hijos de Dios estamos llamados a mantenernos firmes y no dejarnos llevar por las presiones de este mundo, el mundo que nos rodea busca que nuestra mirada se desvíe de Dios, si bien es cierto que ya no vivimos en un mundo lleno de dioses paganos, ahora vivimos en un mundo lleno de ídolos que le quitan el lugar que Dios merece, nosotros no podemos adorar o desobedecer a Dios para agradar al mundo, así que como sus hijos estamos llamados a decidir a quien queremos agradar a Dios o al mundo.