La verdadera prosperidad es aquella que incluye el bienestar del cuerpo, del alma y del espíritu.
Mucha gente confunde la “prosperidad” con la acumulación de bienes materiales, la fama o el poder… pero medita esto:
¿De que sirven los bienes materiales, la fama o el poder si te encuentras enfermo físicamente, destrozado anímicamente y vació espiritualmente?
La verdadera prosperidad es aquella que incluye el bienestar del cuerpo, del alma y del espíritu.
Dios desea que disfrutemos de una salud completa, porque sólo así podemos reflejar la plenitud de Cristo en nosotros.
Dios permite desiertos en nuestra vida, porque a través de ellos trabaja en nosotros, transformándonos y moldeándonos para cumplir sus propósitos.
De manera que si has pasado por uno, o estás pasando por el: ¡REGOCÍJATE EN EL SEÑOR, porque Dios te está haciendo MÁS FUERTE!
Alabemos a Dios y asombrémonos de su grandeza, porque grandes milagros realiza todos los días en nuestra vida
Este es un llamado a la santidad práctica: vigilar conscientemente lo que permitimos entrar y lo que dejamos salir de nuestro corazón; porque guardar el corazón es proteger la fuente misma de la vida espiritual.
Las palabras hirientes dejan heridas invisibles y entre ellas están las que tiende a minimizar tu capacidades, para impedir que crezcas y desarrolles tu máximo potencial.Dios nos llama a guardar el corazón porque de él brota la vida.
Fuimos creados por Dios con un propósito, y su amor por nosotros nos lleva a corresponderle al servirle con diligencia, amor y regocijo.
¡Lo malo no es fracasar sino dejar de levantarnos!Recuerda que las adversidades de la vida te están preparando para un destino extraordinario.
¿Quieres vivir tranquilo en medio de las adversidades? Permite que Dios pelee tus batallas diarias, reconociendo que Él ya venció la batalla más grande por ti en la Cruz por Jesucristo.
Terminemos con las excusas para aceptar la invitación de Dios para participar del banquete que tiene preparado para ti en la eternidad.
Que nuestro principal propósito de año nuevo sea ser un hijo de Dios que brille al manifestar el reino de Dios aquí en la tierra.
En medio de las adversidades y desafíos de la vida, si ponemos a Jesucristo como nuestro fundamento, podremos mantenernos firmes a pesar de que todo a nuestro alrededor cambie.
Un corazón sano es un corazón firme en la fe, capaz de tomar buenas decisiones en la vida.
¿Estás luchando con la ansiedad, depresión y desánimo? ¡No estás solo! Descubre cómo encontrar paz y libertad en medio de la tormenta a través de Jesucristo quien vino a rescatarte.
Juntos, podemos ser un equipo bien equipado para servir en los planes de Dios y llevar su amor a un mundo que lo necesita. ¡Ven y sé parte de esta misión!
Sin un propósito claro, la vida puede parecer desperdiciada, pero siempre hay tiempo para encontrarlo y darle un nuevo sentido. ¡Atrévete a descubrir el propósito de Dios para tu vida!
Cuando escogemos hacer la voluntad de Dios, el Reino de los cielos se hace presente bendiciendo y transformando todo.
Hoy aprenderemos como Dios infunde de su aliento… aliento que despierta al alma, enciende el corazón y levanta al caído dándole fuerzas para vivir en victoria.
Una de las razones por las que muchos hijos de Dios se comportan como si no fueran hijos, es porque no han experimentado ni creído el verdadero amor del Padre Celestial.
El amar al prójimo es mostrar compasión activa para ayudar a quienes lo necesitan, sobre todo a aquellos que no conocen a nuestro Señor Jesucristo.