
La Escritura nos da varias parábolas para identificar lo que ocurre realmente cuando un hombre es salvo. Ha encontrado un tesoro, y ese tesoro está ubicado en un terreno. Y él vende todo lo que tiene en búsqueda de adquirir ese terreno, por el tesoro. O está la parábola de la perla de gran precio, donde el valor y la admiración por esa perla es tal, que se vende, se deja atrás todo lo que uno tiene para seguir a Cristo.