
La historia de desprecio de Lea no es algo ajeno a cada uno de nosotros. Sin embargo, Dios en su omnisciencia ha dejado ese ejemplo para que veamos su misericordia en medio del sufrimiento. El sufrimiento del hombre es una constante a lo largo de la humanidad.
El hombre no puede huir del sufrimiento, al contrario, Dios lo usa para cumplir sus planes y cumplir su voluntad en sus hijos.