No todo lo que heredamos debe continuar.
En este cierre, comparto lo más difícil: ponerle fin al dolor que no empezó conmigo… pero que decidí terminar yo mismo.
Si llegaste hasta acá, tal vez sea porque vos también estés necesitando poner un límite.
No fue un milagro. Fue cansancio. Me agoté de sostener todo. De fingir que estaba bien. Y ahí… empezó mi despertar.En este capítulo, cuento cómo solté lo que no era mío, cómo dejé de pelear por vínculos vacíos, y cómo encontré, al fin, una familia elegida.
Una historia real sobre aprender a dejar atrás... para poder empezar de verdad.
Caer no fue lo más difícil… fue quedarme ahí, sin fuerzas, sin ganas.
Mi cuerpo empezó a hablar lo que mi alma ya no podía callar. Síntomas sin explicación, diagnósticos que parecían pistas. Hasta que entendí: no estaba solo en mí… cargaba una ausencia que venía de antes.
Este capítulo no es sobre rendirse, es sobre ese punto donde, si no elegís vivir, el dolor te arrastra.
A veces no es que me faltó amor… es que pasé la vida esperando uno que nunca llegó.
En este capítulo comparto cómo las heridas invisibles que heredé se repitieron sin que me diera cuenta.
Cómo busqué aprobación en quienes no sabían amar, y me perdí intentando ser lo que esperaban de mí.
Hasta que un día entendí: el mayor acto de coraje era dejar de buscar afuera… y empezar a encontrarme.
Cuando el alma no puede más, es el cuerpo el que empieza a hablar. Síntomas, malestares, enfermedades… ¿y si no fueran solo físicos? Este episodio es una invitación a escuchar lo que tu cuerpo viene intentando decirte hace tiempo. Tal vez, lo que duele no es lo que parece.
En este episodio, intento reconstruir el vínculo con mi padre... solo para descubrir que a veces el abandono no es físico, sino emocional. Una historia de traición disfrazada de ayuda, decisiones crueles, y patrones familiares que se repiten sin que nadie los detenga. Un capítulo donde el dolor familiar se revela con toda su crudeza… y marca el límite de lo que ya no se está dispuesto a permitir.
Cuando los adultos se rompen, los hijos quedan solos, buscando abrigo donde no lo hay.
Una madre devastada. Un padre ausente. Hermanos convertidos en extraños.
Este episodio no habla de infancia: habla de supervivencia emocional.
Y de cómo, a veces, crecer es aprender a dormir con el alma a la intemperie.
Herencias que no se expresan, también dejan marcas.
Crecí en una familia donde la estructura y el deber tapaban el dolor. Donde las decisiones se tomaban por miedo o conveniencia. Donde el silencio escondía secretos que, sin saberlo, me tocó reparar.
Este episodio es una invitación a ver de frente lo que muchos eligen callar.
Hay dolores que no tienen nombre, pero tienen historia.
Cargas que creí que eran mías… pero nacieron mucho antes.
Este episodio no habla solo de mí. Habla de ellos.
De los que callaron. De los que sufrieron en silencio.
De los que no pudieron elegir.
Sus heridas no sanadas siguen latiendo en mi vida.
Y hoy, me toca a mí… ser quien ponga fin a esa herencia.
¿Qué pasa cuando el héroe se cae?
Este episodio revela el momento más crudo: cuando tu padre deja de ser un ideal y se convierte en un hombre más… con errores, con vacíos, con heridas no resueltas.
Una caída que no solo lo arrastra a él… también te deja sin guía.
Si alguna vez sentiste que te faltó tu padre, o que el que tuviste fue apenas una sombra de lo que necesitabas… este capítulo es para vos.
¿Sentís que algo en tu cuerpo no está bien… pero los médicos no encuentran nada?
¿Y si ese síntoma no fuera una enfermedad, sino un mensaje?
En este episodio, empiezo a atar cabos: mi dolor físico era la voz de mi historia no dicha. De lo que mi familia calló. De lo que yo negué.
Cuando nadie habla, el cuerpo grita.
Y cuando el linaje no sana… vos terminás pagando con tu salud.
¿Qué pasaría si te dijera que gran parte de lo que vivís hoy… no empezó con vos?
En este primer episodio, te cuento cómo el pasado familiar (aunque no lo veas) sigue vivo en vos. Vas a descubrir cómo secretos, silencios y heridas heredadas pueden marcar tu presente, y por qué llega un momento en la vida en que ya no se puede mirar para otro lado.
Este es el punto de partida. El momento en que el linaje te llama y vos decidís escuchar.