
“La vida es demasiado corta y la tierra demasiado pequeña para que estemos destinados a amarnos sólo durante unos pocos años de paso”; dice el Padre Eugenio Prévost. Añade, que, frente a la muerte, “no debemos dejar que nuestro corazón se entierre con los cadáveres en las tumbas de quienes amamos”.
No debemos ver sólo el lado triste de la muerte; hay otro aspecto de este momento supremo que más bien debería alegrarnos y consolarnos en el camino final de nuestra vida: Moriremos para para volver a vivir; a través de la muerte alcanzaremos la felicidad eterna.
La pérdida de un ser querido requiere elaborar un duelo, que nunca es fácil. Se requiere, sobre todo, tiempo. El duelo es el conjunto de costumbres, actos, ritos, prácticas y actitudes que nos ayudan a hacer una transición en momentosde perdida. Si hablamos de transición, hay que decir de dónde y hacia dónde. EL proceso de duelo por la pérdida, la muerte de un ser querido nos debe llevar ayudar a pasar del dolor al consuelo, de la ira a la paz, de la tristeza a la serenidad, del encierro a la comunión.
Esta es otra meditación del Padre Elkin López de la Fraternidad Sacerdotal, en Frasacer Podcast, a partir de los consejos espirituales del Padre Eugenio Prévost.