
Las presiones financieras vienen de gastos que se pueden dividir entre necesidades y deseos, pues las atendemos constantemente. Estas presiones financieras pueden rebasarnos cuando no controlamos el tamaño de nuestros gastos y el momento de hacerlos. Cuando esto ocurre gastamos más de lo que ganamos (Déficit), por lo que recurrimos a endeudarnos y esto se puede convertir en un círculo vicioso del que es difícil de salir.