
Meditaciónsobre el merecimiento.
Todostenemos pequeños, medianos o grandes éxitos en nuestro camino. Y no necesariamentese trata de fama o éxito social, sino el simple hecho de haber conseguidonuestras metas, o uno que otro sueño. Desde pequeños alcanzamos metas, pero otracosa es reconocerlas con regocijo.
Celebrares una acción que, en muchas ocasiones, olvidamos. Por lo general vamos a unfestejo porque es de algún familiar o por compromiso social. Sin embargo,celebrar con nosotros mismos nuestros éxitos, no es algo que acostumbremos ahacer. Incluso si son pequeños pasos profesionales.
Elmerecimiento tiene que ver con las creencias que nos han hecho ser como somos. Esalgo que comienza desde la infancia y que construye nuestra identidad, lo que determinaránuestros comportamientos. Las creencias limitantes relacionadas con este temason variadas, y suelen ser ideas tales como No soy bueno, No sirvo para esto, Novalgo lo suficiente, Soy un inútil, No voy a encontrar ningún trabajo, No estoypreparado para subir de puesto, Tengo miedo de hablar en público, No tengoalgún atractivo que pueda gustar a una posible pareja.
Sólohasta que nos demos cuenta de estas creencias y las modifiquemos, nuestrospensamientos dejarán de girar en ese punto. En realidad, las creencias son sólopensamientos, pero llegan a ser frases que hacemos verdad porque las aseguramosen lo más profundo de nuestro inconsciente con un componente emocional.
Elmerecimiento es un sentimiento que proviene de la alegría y de la aceptación deuno mismo. Pero para conseguirlo, necesitamos alinear nuestras emociones connuestras acciones. Para ello, requerimos investigar si acaso estamosmanteniendo en nuestra mente un rol infantil, que no nos permite crecer comoadultos. Y crecer significa superar a nuestros ancestros, aun cuando nos sintamosculpables por hacerlo de manera diferente. Pero podemos hacer un espacio a esa mismaculpa para, de ese modo, poder devolver a la vida lo que nos padres nos dieron. Sinuestros padres nos dieron la vida, nosotros podemos compensarlo dando másvida, incluso a través de proyectos creativos. Si nuestros padres llegaron a uncierto nivel, nosotros los podemos superar para honrarlos de esa manera.
Setrata de un tipo de agradecimiento, de corresponder a todo lo que han hecho pornosotros. Porque cuando no sentimos ese merecimiento, de alguna forma, noestamos agradeciendo lo que ellos nos han dado de acuerdo con sus posibilidades.Y aunque el que no devuelve pudiera sentirse libre de responsabilidades, tambiénse siente más solo, porque permanece atrapado en un ciclo de culpar a suspadres porque no logra su versión personal de éxito.
Resultaaltamente emotivo y sanador darnos cuenta cómo el equilibrio se restituyecuando nosotros, como hijos, vemos cómo nuestros padres se sienten orgullososde nuestro crecimiento real cuando encontramos nuestro verdadero camino.