
Enrique de Río era un niño común y corriente, criado en una familia de clase media-baja que, como muchas en Colombia, enfrentaba dificultades económicas. Sus padres luchaban para sacar adelante a sus tres hijos, y en más de una ocasión la incertidumbre sobre cómo pagar el colegio estuvo presente. Sin embargo, con la ayuda de Ángeles en su camino, su pasión por el estudio y una determinación inquebrantable, Enrique logró superar los obstáculos y convertirse en abogado.
Ejercer el derecho penal no es tarea fácil: amenazas, dilemas éticos, amores y odios con los clientes, y la presión constante del ejercicio de la justicia son parte de su día a día. A pesar de los desafíos, se consolidó como una de las figuras más reconocidas del derecho penal en Colombia.
Orgullo de la región Caribe, Enrique de Río nos cuenta en este episodio su historia de esfuerzo, lucha y éxito. Un relato inspirador de cómo la perseverancia y la vocación pueden transformar vidas. ¡No te lo pierdas!