
28 de octubre de 2025
Ser testigos de un amor misericordioso, que lo sana todo y nos eleva a la condición de hijos de Dios. ¡Esta es nuestra misión! Dios no nos envÃa para señalar o condenar, sino para sanar y exhortar.
¡Que nada ni nadie nos quite la convicción que es el Amor el que al final lo sanará todo!
Dios los colme con su Paz,
Mons. Héctor M. Pérez V.