
18 de octubre de 2025
Aprendamos de san Lucas que se esmeró porque la memoria y la presencia de Jesús no se perdieran. Gracias a él, dos mil años después, tenemos una parábola como la del Hijo pródigo, o un cántico como el magnificat (¡es el único que los narra!).
“La cosecha es mucha y los trabajadores pocos”. Oremos para que cada familia asuma su misión de ser apóstoles del amor de Dios.
Dios nos colme de su fuerza y su luz,
Mons. Héctor M. Pérez V.