Dicen que el universo empezó con una gran explosión... pero en el fondo fue una mezcla: espacio, tiempo, materia y energía removidos en una misma cuba cósmica. En Esta ronda la paga Newton seguimos esa tradición: un poco de ciencia, un poco de historia y una pizca de ligereza etílica. Como el mejor zurracapote, esto se sirve con calma y se disfruta con curiosidad.
En este episodio nos asomamos a una contradicción aparente pero fascinante: si el universo se expande aceleradamente, ¿cómo es posible que las galaxias choquen?
Arrancamos con la expansión descubierta por Hubble y la misteriosa energía oscura que acelera el cosmos. Pero pronto descubrimos que, a escalas más pequeñas, la gravedad sigue teniendo la última palabra. Analizamos cómo la Gran Nube de Magallanes —una galaxia enana vecina— podría alterar la estructura de la Vía Láctea, e incluso expulsarnos de nuestro hogar galáctico. Y eso es solo el preludio: Andrómeda se acerca, lenta pero inexorablemente, rumbo a una fusión que cambiará nuestro cielo para siempre.
También exploramos otros encuentros estelares memorables: las galaxias Antennae, las Ratón, las Taffy, y Centaurus A. Colisiones lentas, deformaciones, estallidos de formación estelar… un vals gravitatorio que desafía la soledad cósmica.
Finalmente, desmontamos mitos frecuentes sobre las colisiones galácticas y recordamos que, aunque la expansión domine el universo, el movimiento local sigue dejando su huella.
Porque incluso en un cosmos que tiende al enfriamiento y la separación, hay cosas que todavía se buscan, se atraen y se funden.
Bienvenidas y bienvenidos a un nuevo episodio de Esta ronda la paga Newton.
La gravedad tiene sus propios planes… y nosotros, otra excusa para brindar por ellos.