
La mentira puede abrir puertas, sí… pero no todas llevan a lugares seguros. Puede acelerar procesos, pero no garantiza plenitud. Puede construir imágenes, pero no sostiene almas. Prosperar con mentiras es como edificar sobre arena: parece firme, pero no resiste el peso de lo eterno. Porque lo que no nace de la verdad, no puede sostener la paz. Y lo que no se construye con integridad, tarde o temprano se desmorona.
Tu amigo Israel Meza, que Dios te bendiga siempre y recibe un fuerte abrazo.