
“¿Hasta cuándo, Señor?”: con ese grito comienza hoy la Palabra.Habacuc clama frente a la violencia y la injusticia; y Dios responde con una promesa que pide paciencia: “Si se tarda, espéralo… el justo vivirá por su fe.”El salmo suplica: “Señor, que no seamos sordos a tu voz.”Y el Evangelio recoge el mismo clamor, esta vez en los labios de los apóstoles: “Auméntanos la fe.”