
Dios comienza algo pequeño en nuestra vida, pero la semilla que pone en nuestros corazones se llama eternidad.
Él tiene un gran propósito para nosotros, pero primero tendremos que atravesar por comienzos difíciles, de retos y dificultades, porque es cuando Dios nos prepara y nos forma para recibir sus bendiciones y todo lo que él tiene para nosotros.