Se busca poner de manifiesto la ininteligibilidad que produce el sistema patriarcal en prácticas, actos y cuerpos que además de ser estigmatizados para enmarcarlos dentro de su ideal regulatorio, se los penaliza, y no son legibles dentro de la cultura, naturalizando así estos procesos de carácter heterosexual e históricos, a partir de esencializarlos como una sustancia interna propia del hombre. A partir de la performatividad se va dejar en claro que todas las acciones son construcciones culturales que obedecen a relaciones de poder de una matriz heterosexual.

Es una breve reflexión de lo burdo que se ha tornado este tiempo, no solo en un capitalismo farmacológico que en complicidad con la tecnología y los mecanismos ideológicos y del poder estatal, elaboran la producción social del sentido bajo el discurso de justificar racionalmente la vida moral en tiempos de pandemia, bajo una filosofía de las normas que establecen que 'si' y que 'no'.