
El caso de Las Jagüitas, en el que una familia entera fue acribillada por fuerzas especiales de la Policía Nacional, manchó de sangre a esa institución. Y reveló un entramado de complicidad y corrupción que inicia en quienes ostentan el poder en Nicaragua.
Es imposible no abordar el contexto político alrededor de las tres muertes que enlutó para siempre a la familia Reyes Ramírez, porque sus asesinos pertenecen a un Estado autoritario, que deja en la desprotección a su población.