
A veces no hace falta mudarse para sentirse fuera de lugar.
Basta con volver a un sitio conocido para descubrir que algo cambió: el espacio, la rutina… o uno mismo.
En este episodio hablamos de lo que ocurre cuando el entorno se vuelve ruido, cuando cuesta reconocerse en el espejo cotidiano, y convivir con uno mismo se convierte en un desafío silencioso.
Desde la mirada de la arquitectura emocional, exploramos cómo los espacios que habitamos —la casa, el cuerpo, la mente— nos devuelven pistas sobre nuestro propio orden interno.
Un episodio para quienes están rediseñando su vida en medio del caos. Para quienes buscan volver a sí mismos sin fórmulas ni recetas, solo a través de gestos pequeños: mover una silla, tender la cama, respirar.
Porque convivir contigo no es tenerlo todo claro.
Es aprender a seguir construyéndote mientras habitas tu propio proceso.